La Calle Boyer forma parte del barrio de Menilmontant.

En esta parte de París es donde en el siglo XIX se instaló una población obrera cada día más importante en un gigantesco barrio de chabolas.

Al principio del principio del siglo XX, algunas organizaciones humanistas empezaron a organizar la construcción de viviendas decentes para los proletarios.

Este edificio imponente de la calle Boyer es una de estas realizaciones.

Diseñado por los señores Berry y Mallot en 1922, se compone de 138 viviendas de 30 metros cuadrados y de duchas y lavadero comunes.

La principal originalidad de esta construcción era que los balcones eran en realidad los pasillos que daban acceso a las viviendas.

Hoy en día las partes extremas de los balcones fueron añadidas a las viviendas pero la parte central sigue sirviendo de pasillo y eso le da un toque de vida muy especial a este edificio.

Cuando estuve allí una viejecita estaba en el balcón-pasillo, contemplando la nada. Mi llegada le dió algo de animación y al ver que admiraba su edificio, se puso a hablarme.

Me contó que llevaba más de 30 años en este sitio y que la rehabilitación la dejaba perpleja. Y como notaba mi interés, me preguntó si quería visitar.

Así es como conseguí el código de esta fortaleza y pude pasar la puerta roja...

Dentro me esperaba un jardín tranquilito en medio de los dos edificios interiores.

También me esperaba una criada entrometida que quiso imponerme su autoridad.

¡Ni Dios, ni Amo ! Le solté un invento de reportaje para el propietario del sitio y me dejó en paz.

Eso me dio la posibilidad de descubrir la cosa más impresionante de este conjunto de viviendas: su escalera caracol.

Solo faltaba salir de puntillas y agradecer a la viejecita...