Las Pulgas

El Mercado Vernaison

Uno de los encantos especiales de Vernaison procede de sus entradas más discretas.

En estos puntos es donde el contraste entre la agitación del mundo exterior y el tranquilo mercado se hace más sensible.

Una de estas entradas se halla al final de la callecita número 10.

 

Otra callecita notable es la que lleva el número 9.

Es totalmente cubierta y proporciona un refugio precioso cuando llueve.

Aquí cada caseta tiene más o menos una especialidad pero no es tan estricto como en otros mercados.

Trastos y más trastos, algunos restaurados con cuidado, otros rematados por unos barnices llamativos...

Algunas colecciones despistan al neófito pero otras le dan la oportunidad de buscar el chollo del día.

 

A mi me gusta particularmente el contraste de las luces proporcionadas por los diferentes tejados.

Algunos son de chapa ondulada y otros de plástico. Ambiente intimista con los primeros, luz del día con los demás y la deliciosa sensación de sentirse protegido al oir el ruido de la lluvia.

Pero a veces no llueve y uno puede atreverse a recorrer otras callecitas del Mercado Vernaison.